Leo y releo el artículo de "Eurípides Mandeville" (seudónimo paralelamente trágico y liberal) sobre la a-utilidad de la filosofía (1), publicado en el blog del CEF, hace unos días. En líneas generales, su crítica al presunto subjetivismo de las posturas progresistas (su supuesta motivación a partir de un "sentimiento de marginación") es, en esencia, la crítica a las ilusiones pequeño burguesas de quienes piensan, como Comte, cambiar el mundo a partir de las ideas (2). Está claro que es iluso querer cambiar el mundo con, por ejemplo, una canción. Y, por supuesto, también es iluso pretender tal cambio a través de la mediación de una super-ciencia, alejada de la vida real y de las circunstancias concretas del hombre, como pretendían hacerlo los positivistas. Sin embargo, en el balance, considero que la posición de "Eurípides Mandeville" no es la correcta. Y esto debido a lo siguiente: aniquilando la base metafísica de la comprensión positivista de la sociedad, no se borra lo real. Y lo real es necesariamente un motor de los temas filosóficos. Perteneciente a un contexto concreto, nuestra constitución ontológica se encuentra motivada por el suelo vital.
Esto, en términos marxistas, implica la necesaria relación entre conciencia y ser social. Entre el pensar y el ser, subrayando el ser. Pero también significa (en una consecuencia muy sencilla de entender para los no deterministas) que no es imposible hablar sobre la vuelta del pensar sobre el ser, y las posibilidades de modificación y transformación de éste por aquél.
La posibilidad de reflexionar filosóficamente sobre el cambio social, es concreta, tal vez la más concreta de las posibilidades del pensar. No hay filosofía sin praxis, y no hay praxis sin filosofía: la relación es bicondicional, tal como ya sugería Lenin (3).
Comprendo que el purismo de nuestro autor tiene el derecho de existir. No se puede desconocer esto, que es evidente. Sin embargo, ¿podría negarse que las ideas planteadas por "Eurípides Mandeville" se engarzan con un cierto autismo reflexivo? Por ejemplo, decir que no se desmerece la necesidad de los cambios, pero que la esencia de la filosofía va por otro camino (4). Dudoso, por decir lo menos, pensar una filosofía alejada de los intereses concretos de quien plantea la reflexión.
Me gustaría saber más de la posición de "Eurípides Mandeville" (5), y de su concepción de la praxis. Por el momento esto es lo que se me ocurre decir: no hay verdad sin aplicación de la verdad. ¿Alguna objeción?
________________________________
(2) Es también, una crítica algo superficial al marxismo, con una caracterización errónea y fragmentaria, a partir de la tesis 11 sobre Feuerbach, del supuesto practicismo de esta concepción. Por razones de tiempo, reservaremos nuestra opinión al respecto para una ocasión posterior. Definitivamente el problema merece un tratamiento detallado, pero mis otras tareas a veces no me permiten desarrollar una reflexión más prolongada.
(3) "Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario" (Lenin, ¿Qué hacer?, I).
(4) El autor dice: "La necesidad de la filosofía trasciende a su pretendida utilidad. El llevar a la práctica las ideas filosóficas no es una tarea inherente a la filosofía. Esto no significa desmerecer y negar la necesidad de los cambios planteados por estos filósofos, sino pretende recordar la esencia (si cabe hablar de esencias) de la filosofía: 'la búsqueda incesante (e infructuosa) de la verdad' ".
(5) Secundariamente, me gustaría saber quién es realmente "Eurípides Mandeville". Sobre todo, teniendo en cuenta que el ocultamiento permanente no es una característica de los amantes de la verdad. Entiendo que el uso de un pseudónimo es el preludio de una progresiva manifestación de su identidad.