15 octubre 2010

El positivismo tecnocrático y su propuesta reformista: el caso de Vicente Villarán

Esta ponencia fue presentada originalmente en el IX Fórum de Interpretación Filosófica de la Realidad Peruana, realizada en la Universidad Nacional Federico Villarreal, el 15 de octubre de 2010.

Los tecnócratas, adjetivo que se adjudica a los técnicos y asesores “no políticos” de los funcionarios públicos, se jactan de su influencia solapada en las decisiones de los gobiernos. Asimismo, declaran ser los garantes de la “estabilidad” de un Estado, y consideran que, mientras los políticos profesionales se dedican a dar la cara y hacer labores meramente representativas, son ellos los que posibilitan, con sus opiniones “técnicas”, los verdaderos procesos de reforma de la sociedad y su camino al desarrollo. En el Perú, pensadores como el positivista Manuel Vicente Villarán Godoy defendieron la idea de que los profesionales se desarrollen más en sectores productivos que en oficinas burocráticas. La presente ponencia trata de establecer una relación entre el pensamiento de Villarán y las ideas y mitos de los tecnócratas contemporáneos. Leer más>>>

09 abril 2010

Ateísmo y escepticismo

¿Un ateo puede ser escéptico? Ese es un tema problemático.

No dudo de la astucia de quienes asumen el escepticismo. Etimológicamente, escepticismo viene de "skepsis" que significa estado de duda o investigación permanente. Es una manera histórica y elegante de no tomar posición sobre una diversidad de temas. Con ella, los escépticos ello han tenido una influencia social considerable, sobre todo en los círculos intelectuales que identifican objetividad con neutralidad.

Mi crítica al escepticismo es la siguiente: cuando dividimos la humanidad en dos, uno de los escépticos y otro de los dogmáticos (o lo que es lo mismo, uno de los lúcidos y otro de los ignaros), no estamos sino recayendo en los viejos dualismos metafísicos que son reflejo de la división social de clases. Ello no pasaría de ser una opción personal si es que no se insertase en las luchas políticas de nuestro tiempo.

No considero que el escepticismo sea parte de una postura progresista. Tampoco estoy de acuerdo con quienes afirman que el ateísmo pueda tener bases escépticas, o que explícitamente defienda alguna filosofía. Ya he escrito en otro lado acerca de eso.

Sobre quienes consideran que el ateísmo consiste en una posición filosófica, habría que acotar que la condición atea es una forma de vida, no un sistema jerarquizado de ideas. El ateísmo es una actitud vinculada intrínsecamente al materialismo. En todo caso, si la intención es establecer justificaciones racionales para decisiones prácticas, estas deberían situarse a un cuestionamiento y problematización de la postura materialista.

Considero importante establecer una discusión filosófica entre quienes estén interesados en desarrollar estos temas. Existe una especie de "competencia de dobles" entre la pareja escepticismo-agnosticismo y la pareja materialismo-ateísmo. Si nos animamos, podríamos plantear opiniones al respecto.

24 marzo 2010

Las coordenadas para la interpretación de todo pensamiento

¿Cómo entender a un pensador? Para responder dicha pregunta, nos basamos en la metodología clásica (no por ello tradicional) que ha sido desarrollada en el horizonte teórico-práctico del materialismo dialéctico. En ese sentido, es importante tener en cuenta el entramado de relaciones sociales y factores materiales en el cual se desenvuelve el pensamiento de un autor, es decir, la práctica social. Hay que tener en cuenta que, a lo largo de la historia de la filosofía y del pensamiento, este proceso se desenvuelve en el contexto de la lucha de clases.

En ese sentido, consideramos que muchos de los defectos del pensamiento (sobre todo en los países semifeudales y semicoloniales como el Perú) están vinculados a la estructura clasista de la sociedad, y que para superarlos hay que cambiar dichas estructuras y, desmontar todas sus justificaciones en el plano ideológico y metodológico.

Consideramos, pues, que

1) si bien el origen socio-económico y diversos factores actitudinales son importantes para entender la obra intelectual de un individuo, estos no son determinantes al cien por ciento, ya que el proceso histórico-social en el que se encuentra involucrado dicho individuo lo va empujando a asumir una posición de clase, que no necesariamente está vinculado a los intereses del grupo social en el que se surge.

Tenemos así, por ejemplo, a trabajadores humildes que aspiran a convertirse en grandes empresarios, o en autodenominados “dirigentes populares” que no se preocupan por conocer los intereses de las masas. Pero también existen individuos que, a pesar de su extracción clasemediera o pequeño burguesa, o de sus tradiciones religiosas y/o liberales, comprenden que el desarrollo social va de la mano con una mayor organización del desarrollo del proletariado, y toman posición a favor de su concepción y de sus intereses, con los cuales se compenetran cada vez con mayor profundidad. Por lo tanto, no existe un determinismo del origen de clase (el caso paradigmático de esta afirmación es la vida de Engels).

2) otro aspecto a considerar previamente es la línea teórico-ideológica que asume un pensador, una vez supuesta su posición de clase. Esto ha sido ampliamente desarrollado. Las opciones e intereses de un individuo lo empujan a asumir una concepción del mundo y, por ende, a una ideología.

Por ejemplo, un individuo que, en su ruta de vida, orienta su praxis hacia objetivos individualistas, puede adoptar conscientemente una ideología liberal, y actuará (como decía Lenin) mediado por sus intereses inmediatos, enmarcado en una concepción metafísica de la realidad, considerando aisladamente que su yo es lo más importante. O camuflará su pensamiento, tal vez llenará su boca con los términos más progresistas y "radicales" pero su misma praxis mostrará que sus fines son puramente arribistas y pragmáticos. Por el contrario, un individuo que toma posición a favor de las clases oprimidas, está en capacidad de asumir una ideología vinculada al desarrollo de un pensamiento crítico y dialéctico, y mostrar conscientemente una filiación con lo que Lenin llamó los intereses objetivos de las clases populares.

3) finalmente, la ideología adoptada por un individuo, asumida "orgánicamente" (si nos expresamos con un término caro a Gramsci), lleva a la necesidad de elaborar estrategias y tácticas de acción práctica. Y esto implica la asunción de un método de análisis de la realidad, que lleva al individuo que ha abrazado los intereses de una clase, a asumir una moral y un proyecto político vinculado a defender conscientemente dichos intereses.

Es este aspecto mediante el cual, por ejemplo, observamos a individuos que, tomando posición por los grupos de poder en la actual sociedad y adoptando una ideología liberal, asumen una moral individualista, con un método orientado a defender las estructuras tradicionales de defensa de la propiedad privada sobre los medios de producción. Esto es, métodos tendientes a controlar el avance del proletariado, o a desarticularlo. En esta línea, encontramos a individuos que, movidos por razones emocionales o de resentimiento (por una moral de esclavos –y no de productores), desarrollan un método anarcoide y panfletario, analizando la realidad en función de un papel "dirigente" que el pueblo organizado no le ha dado.

Sin embargo, en el polo opuesto, encontramos a individuos que tomando posición a favor de las clases populares y asumiendo una ideología crítica, desarrollan un método vinculado al análisis de las relaciones sociales en un determinado momento histórico señalando sus contradicciones, con miras a la transformación de las condiciones objetivas y subjetivas que posibilitan el actual sistema, construyendo así el hombre nuevo. Este es el método iniciado por Marx y Engels.

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En resumen, es necesario estudiar, en un pensador, su origen socioeconómico y hasta su biografía personal, sí, pero es mucho más importante analizar cómo, en su proceso de desarrollo, va tomando posición a favor de una ciase social, que lo lleva en ciertos casos a asumir un sistema de conceptos con los que concibe la realidad en general, y una serie de procedimientos que lo llevan a analizar la realidad en concreto.

Es por ello que, para entender a un pensador, es importante conocer su posición de clase, su ideología y su método. Sin embargo, una actitud no dogmática frente a esta necesidad nos llama a subrayar que no se puede dejar de considerar el proceso de desarrollo de cada individuo, estudiando sus influencias y determinaciones derivadas de su vida en sociedad, en el cual justamente se desencadena todo ese conjunto de aspectos mencionados más arriba. Dichos estudios requieren de mucha vinculación con la realidad concreta, y un tratamiento correcto de las contradicciones que en ella se originan. Esto implica dejar de lado el culto a los libros, y hacer de nuestras ideas una guía para la acción. En este proceso, "quien no ha investigado, no tiene derecho a opinar".